Una catástrofe anunciada

         Para entender la terrible inundación que azotó a la ciudad de La Plata el pasado 2 de abril, es preciso analizar el avance de la ciudad en los últimos años. Con la ambición del desarrollo, a costas de la debacle ambiental, se optaron por una serie de malas decisiones y en otros casos, ausencia inescrupulosa de las mismas.



"El casco urbano fue creado en 1882 con un diseño pensado para servir como capital de la provincia, pero desde allí su fisionomía ha debido adaptar las necesidades del siglo XXI a una estructura del XIX. Este proceso ha sido marcado por la política, que ha establecido normas específicas para el uso del suelo y la construcción. Todas las reformas han fomentado el desarrollo edilicio dentro del casco. Sólo para citar las más recientes, el Ordenamiento Territorial y Uso Del Suelo en el Partido de La Plata del año 2000, aumentó en un 622% el área urbana y la construcción en altura respecto de la registrada en los años 80. Pero fue justamente con el intendente Bruera que la especulación dio un gran salto de calidad.
El Código de Ordenamiento Urbano (COU), fuertemente resistido por asociaciones civiles, movimientos sociales y partidos de oposición y aprobado en 2010, permitió un incremento del 1361% en la cantidad de metros habilitados para la construcción en altura en el casco histórico, contra el 372% en todo el resto de la periferia. Ante las lluvias del pasado martes, el mastodonte de cemento rebalsó por todos sus anacrónicos e insuficientes desagües y, por más que la cantidad de agua fuese abrumadora, su desregulada construcción desató la tragedia. La Plata ciudad capital - Federico Larsen

Podemos hablar del cambio climático, de una taza anual de lluvia mayor en los últimos 15 años, pero esto no sería excusa considerando el aumento paulatino en los registros del Servicio Meteorológico Nacional, los informes técnicos y hasta Cumbres Mundiales sobre este tema.

Que no nos queden dudas, la tragedia pudo evitarse. El Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería de la UNLP informó a las autoridades  respecto a la falta de obras para contener el desagote de la Cuenca del Gato (ver imagen). Es que, tal vez resulte extraño para la politiquería, pero el agua corre hacia los arroyos, en nuestra ciudad, arroyos entubados. Y así se vio, el agua corrió por las avenidas, siguiendo su cauce de antaño hacia el río, sin respetar el camino que se le impuso. Ya sin tierra que absorba y sin márgenes que contengan.

"Es más fácil entubar un arroyo que mantenerlo con vida"  http://www.fororiodelaplata.com.ar/

Los circulos son zonas inundadas. Los datos fueron obtenidos apartir de un relevamiento recorriendo zonas y apartir de datos de los mismos afectados. Los circulos rojos piquetes sofocados a la vera de las inundaciones. Al mismo plano se superpuso el curso del Arroyo Perez a la derecha y el Arroyo San Carlos a la izquierda, ambos desembocan en el arrollo el Gato.

Una vez la emergencia, devino la falta de gestión en situaciones de catástrofes. Sin información oficial, con centros de evacuados improvisados por vecinos, con rescatistas anónimos que pusieron en riesgos sus vidas, todo por desidia del Estado. Hacia dónde ir en la emergencia? A qué número contactarse en caso de personas desaparecidas? La ciudad estuvo sitiada durante 6 horas por el gran caudal de agua que recorría la circunvalación. Qué calles podían transitarse? Dónde refugiarse? El primer comunicado oficial fue un tweet falso del Intendente Pablo Bruera haciendo mención de una supuesta colaboración, mientras estaba vacacionando fuera del país.

Triste. Vergonzoso.

Nuevamente, los más expuestos son los otros -como los llamaría Galeano- esos que viven a la vera del río, en terrenos inundables, que no aparecen en los índices, que son un número en la crónica del diario local: 51 muertos por asfixia, muchos más por causas relacionadas.


Ojalá llegue el día en que dejemos de intentar compensar para empezar a intentar prevenir.

Vista desde la puerta de mi edificio a las pocas horas de comenzada la tormenta

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