Techos verdes: audacia y diseño

Para mejorar la calidad de vida en la ciudad no se precisan obras colosales, con muy poquito podemos lograrlo.

Los techos verdes son creados por la adición de plantas y capas de un medio de cultivo directamente sobre la superficie del techo. Si bien se realiza una cubertura para evitar el traspaso de humedad, se busca generar la sensación de estar directamente sobre el suelo desnudo. Es importante, por tanto, no confundirlo con el tradicional techo jardín, donde la vegetación se encuentra en macetas (contenedores independientes).

Los techos verdes poseen las mismas ventajas que el resto de la vegetación: nos dan oxígeno, reducen los gases de efecto invernadero, funcionan como barrera física para el material particulado, retienen humedad modificando el clima, y nos generan una agradable sensación de tranquilidad y armonía con el medio ambiente.



La Facultad de Derecho de la UBA ha instalado un techo verde con especies nativas de bajo nivel de mantenimiento en unos de sus techos. Para esto, cubrieron el techo con una membrana impermeable de PVC de 1,5 milímetros de espesor, respetando las pendientes y desagües existentes. Luego, incorporaron una capa drenante de leca (piedra volcánica liviana) que se cubrió con mantos geotextiles. Sobre esto se dispuso el sustrato o soporte de cultivo (humus con perlita o vermiculita para reducir la relación peso volumen), que alcanza en sus puntos más altos 15 cm de espesor. Para facilitar el drenaje del techo, se instaló en el desagüe una malla geotextil, para evitar que taponen las cañerías pluviales, señalizando las mismas, para facilitar la intervención en caso de ser necesario.

Hay distintas formas de armado, y dependiendo de las plantas que se deseen instalar la relación en el sustrato resultará fundamental para un óptimo enraizamiento de las plantas.

¿Puede ser tan sencillo?
Sí, lo es. Para despejar dudas les recomiendo leer el informe técnico de la Ciudad de Buenos Aires sobre cubiertas verdes en edificios públicos, donde instalan un techo verde en una escuela, con tan solo los elementos nombrados arriba.

Para los escépticos, existe una sofisticación del método, el cual utiliza distintos tipos de enmallados permitiendo un mejor drenaje y mayor estabilidad de las especies. Una maravilla de la ingeniería!





Si te vas a lanzar a la aventura, te dejamos unas recomendaciones para que tu experiencia resulte un éxito:

* Inclinación del techo. No es recomendable que construyas un techo verde en una pendiente mayor a 10° sin realizar algunos cálculos previos. Sin embargo, es recomendable que se construya en una pendiente de al menos 2º para favorecer el drenado.
* Peso. Los techos verdes simples pesan entre 60 y 150 kilogramos por metro cuadrado, dependiendo del sustrato que se utilice. Al calcular el peso se debe considerar también el peso cuando esté saturado de agua o nieve. Si no estás seguro que tu techo lo pueda soportar, consulta a un arquitecto, un físico o un ingeniero amigo.
* Sustrato. Como sustrato evitemos usar tierra. Preferentemente, mantener una relación 70-80% de material inorgánico como vermiculita, perlita o ladrillo molido  y un 20-30% de humus. Este último puede obtenerse de nuestro compostaje.

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